Sin importar las bajas temperaturas, ni la incomodidad que significa dormir a la intemperie, decenas de trabajadores ambulantes madrugaron este lunes para plantarse en la acera al frente de la oficina de la gobernadora Kathy Hochul, en Manhattan, y pasar allí el día y dormir noche entera allí. ¿La razón? exigir a la mandataria estatal que dentro de la actual discusión del presupuesto estatal, que debe estar listo el 1 de abril, promueva la aprobación inmediata de una ley que acabaría con los problemas y la persecución que sufren miles de ambulantes que se ganan la vida vendiendo comida y artículos en las calles sin licencia.
Los trabajadores, en su mayoría inmigrantes y mujeres de origen latino y de otros países como Egipto y Bangladesh, recordaron que debido a que la Ciudad de Nueva York dejó de emitir licencias y permisos de venta de comida hace más de 40 años, la amplia mayoría de los 20,000 ambulantes que se estima se ganan la vida vendiendo tacos, tamales, otros tipos de comida y artículos al detal en las calles de la Gran Manzana, tienen que hacerlo sin la respectiva autorización.
Esto los convierte, según denunciaron, no solamente en blanco de acoso por parte de la Policía que en el último semestre del año pasado impuso 742 multas, sino también del Departamento de Asuntos del Consumidor que ha multado este 2022 a más de 171 trabajadores, con penalidades que alcanzan los $1,000 por cada violación, lo que, confiesan, los hace sentir que son tratados como si fueran delincuentes.
Así lo manifestó Ciria Santiago, quien hizo un llamado urgente a la Legislatura Estatal y a la gobernadora Hochul para que den luz verde a una iniciativa de la senadora Jessica Ramos, que busca otorgar licencias a los trabajadores ambulantes y evitar que la Policía los multe. La mexicana, quien estaba lista para dormir frente a la oficia de la Gobernación de NY, aseguró que es hora de arreglar un problema que afecta a miles de familias que a diario deben andar corriendo para que no les quiten sus productos o los multen.
“Yo muchas veces tengo que salir tarde a trabajar para garantizar que la Policía no me vaya a molestar, porque ya me les sé su horario, y si ellos andan por ahí, pues nos exponemos a que nos multen y nos quiten todo”, aseguró la madre veracruzana, quien se gana la vida vendiendo en Jackson Heights.
“Nosotros somos gente trabajadora, no somos delincuentes. Y lo único que estamos pidiendo es que nos traten con respeto y dignidad. No es que queramos trabajar sin licencia, es que no hay licencias, entonces que arreglen eso ya”, agregó.