El memorándum que firmó el presidente Donald Trump para excluir a los inmigrantes indocumentados del Censo 2020, para que no sean contados en las zonas donde viven para dividir así los escaños en el Congreso, es considerado por las organizaciones civiles y comunitarias de la ciudad de Nueva York como “letra muerta en sus efectos técnicos”, pero igual se espera desde Nueva York una avalancha de demandas por considerarse una acción inconstitucional y una jugada meramente electoral.
Guillermo Chacón, presidente de la Red de Salud Hispana de Nueva York, una de las coaliciones que impulsa la participación en el conteo poblacional, recordó a las comunidades de indocumentados que no hay forma técnica de especificar en este proceso “quién tiene papeles y quién no”.
“En este instante, el presidente Trump de manera irresponsable trata de crear confusión para garantizar que en estados como Nueva York, la participación en el censo sea baja. Es el momento en el cual debemos redoblar los recursos informativos para elevar el ánimo de las comunidades”, indicó el activista.
El memorándum del Gobierno federal no especifica cómo la Oficina del Censo federal podría distinguir a los ciudadanos de los no ciudadanos, por cualquier motivo, porque los encuestadores tienen prohibido hacer preguntas sobre la ciudadanía.
“Reiteramos que se trata solo de un mensaje para crear miedo. Concretamente lo único que se busca es desmotivar para que la representación en el Congreso de estados como Nueva York sea reducida y no precisamente porque exista una forma de excluir a los indocumentados del conteo. Recordemos que históricamente por la baja participación en los censos, los neoyorquinos han perdido 16 legisladores en el Congreso”, puntualizó Chacón.
Hace 30 años la delegación de Nueva York en la Cámara de Representantes era de 43 legisladores. Ahora tiene 27.
