La pandemia del Covid-19 afecta la salud de cientos de miles de personas y a la ansiedad del resto. La salud física primero y la económica después es la gran preocupación sobre todo cuando toca abrir la chequera para pagar.
El sufrimiento económico va a adquirir una dimensión muy real el 1 de abril. Es la fecha en la que normalmente ha de pagarse la renta, algo que hacen dos de cada tres residentes de la ciudad normalmente.
Ahora las estrecheces de meses anteriores en una ciudad tan cara como Nueva York son mucho mayores y la pandemia del Covid-19 complica a muchos ciudadanos el pago de esta factura crucial para las familias, los caseros y las arcas públicas vía caída de ingresos por impuestos.
El martes asociaciones y organizaciones comunitarias solicitaban en todo el país la congelación de los pagos de los alquileres. Quienes no firmen el cheque de pago, no lo hacen por elección sino por necesidad porque según la encuesta de seguimiento hecha la semana pasada por CUNY Graduate School of Public Health & Health Policy (CUNY SPH), el 36% de los neoyorquinos reportan que alguien en su hogar ha perdido el trabajo debido a la pausa en la actividad por el virus.
En el caso de los latinos, el porcentaje sube al 46% y les mantiene como la comunidad más perjudicada por la pérdida de empleos.