Aunque este lunes el alcalde Bill de Blasio subestimó por completo la posibilidad de una huelga de maestros que detendría la reapertura de los edificios escolares en la Gran Manzana, en paralelo, fuentes sindicales confirman que este martes 3,200 delegados gremiales realizarán un proceso de votación electrónico para autorizar a sus miembros a unirse a un llamado de “no reincorporación a las aulas”, hasta que se concreten todas las condiciones de seguridad exigidas por los educadores ante la pandemia del coronavirus.
La Federación Unida de Maestros (UFT), el sindicato docente de escuelas públicas de la Gran Manzana, no está conforme con las propuestas presentadas por el Departamento de Educación de la Ciudad (DOE) en su plan de vuelta a clases 2020, el cual incluye la distribución de equipo de protección personal, disponibilidad de enfermeras, mejorar la ventilación y algunas opciones de clases al aire libre.
El gremio está peleando por más garantías. El presidente de la UFT Michael Mulgrew, explicó que exigen como “punto de honor” un plan adicional de testeo de COVID-19 a toda la comunidad escolar.
El protocolo propuesto detalla que para ingresar a una escuela pública de la ciudad, se debe contar con una prueba de anticuerpos, y en caso de que sea negativa, con un test de diagnóstico de COVID-19 negativo.
“No anticipamos una apertura de escuelas seguras. Tenemos no solo el escenario de una huelga, sino la posibilidad de vernos en tribunales”, aseveró Mulgrew.
La ruta de la “medida extrema”
De acuerdo con reportes de medios locales, los miembros de la Junta Directiva de la UFT empezaron a votar este lunes vía electrónica para autorizar una huelga. Y a partir de este martes la “medida extrema” entraría en una cuenta regresiva, cuando se ponga a votación por los 3,200 representantes sindicales de todas las escuelas públicas de la Gran Manzana.
Junto a un correo electrónico distribuido a finales de la semana pasada, hay una lista de verificación para que los representantes sindicales de las escuelas, también conocidos como líderes de capítulo, creen un plan de huelga para su propio plantel.
Las tareas pendientes incluyen identificar a los capitanes de huelga, que asignarán lugares para los piquetes frente a las entradas de los edificios y la distribución de letreros. Además, la creación de subcomités para coordinar las redes sociales y la comunicación con los miembros.
La última palabra la tendrían los líderes del sindicato, luego de ser mayoritariamente autorizados en las próximas horas por los delegados de cada escuela.
“No estamos para huelgas”
El Diario pudo conocer que la posibilidad de una huelga está siendo impulsada con mucha fuerza desde el liderazgo sindical de planteles del condado de Brooklyn. Este lunes, muchos educadores y directores de centros educativos de Queens y Manhattan, ni siquiera conocían sobre alguna consulta para impedir la vuelta a clases en el otoño.
La docente colombiana Mildred Peña, de 50 años y quien imparte clases de arte en una escuela secundaria pública en Harlem, asegura que estas semanas han sido clave para organizar los horarios para el modelo de clases mixtas (remotas y presenciales) aprobado por el 75% de las familias. En su opinión, estos “movimientos” quitan el foco al objetivo más importante.
“Se consultaron a los padres y representantes quienes de manera mayoritaria, quieren enviar a sus hijos, pese a todos los riesgos. También un grupo minoritario de maestros dijo que tenían condiciones preexistentes y no podían volver. Yo en lo personal no apoyo estas medidas. Más en estos tiempos que no estamos para huelgas, sino para esforzarnos con cuidados adicionales”, dijo la educadora.
“Tendrán igual que cerrar”
El maestro boricua “Luis Salazar” de otro plantel en el Bajo Manhattan, no duda que posponer el inicio del calendario escolar tal como está planteado, es lo más “razonable”. Duda que estén dadas las condiciones de reiniciar las clases en menos de dos semanas, tal como lo describen las autoridades.
“Muchos de mis alumnos estarán regresando de vacaciones de estados en donde el COVID-19 ha repuntado. Incluso han publicado fotos en redes sociales en donde no han respetado la distancia social. Ellos serán un foco de transmisión. Los niños casi nunca tienen síntomas. Yo te aseguro que si abren las escuelas, tal como está planteado, en pocas semanas las tendrán que cerrar”, manifestó preocupado el educador.
Otra asistente docente consultada en Queens, insistió que la experiencia en distritos escolares más pequeños debe ser la guía para las autoridades.
“Yo no soy persona de estar en conflictos. Y me opongo radicalmente a medidas de ese tipo. Pero te aseguro que no tendremos necesidad de ir a huelga, porque cuando los casos en pocos días se repunten en más de un 5%, los edificios tendrán que cerrar automáticamente. En la escuela donde trabajo todavía no hemos podido cuadrar los horarios híbridos. Son un rompecabezas, porque no hay suficientes maestros”, dijo la docente de origen dominicano,que prefirió no dar su nombre.
La gran interrogante de los sindicatos es ¿cómo se evaluarán y estarán listos para el 10 de septiembre unos 1.1 millones de estudiantes y 80,000 maestros, sin mencionar a otros miembros esenciales del personal escolar?
Los jefes sindicales del gremio educativo que incluye además a asistentes escolares, trabajadores sociales y terapistas del lenguaje de la Gran Manzana, esgrimen que incluso si todas las escuelas se esforzaran por aprobar las pautas establecidas por el sindicato, calculan una reapertura segura para las edificaciones educativas solo para principios de octubre.