Si hubo una noticia que el público recibió con agrado en este 2020 fue el abrazo virtual y las palabras de perdón que escenificaron Vakeró y Don Miguelo, luego que este último diera el primer paso, el pasado mes de abril, y le extendiera una rama de olivo al publicar que “en adelante con Manuel Varet Marte no hay ninguna espina que me puye”.
Vakeró decidió estrechar los lazos de hermandad con su viejo amigo y de nuevo la amistad fluyó.
“Me sentí feliz porque sabía que sus palabras fueron sinceras y con esa misma sinceridad respondí, y gracias a Dios hemos retomado nuestra amistad y hablamos todos los días”, refiere sobre el caso.
Luego de este episodio el artista sintió un alivio profundo. Así que un día se despertó con la motivación de, también, hacer las paces con Miguel Ángel Taveras, conocido como “Bombón”, un trabajador de la música urbana, un amigo con quien había tenido diferencias.
Con Santiago Matías
El que conoce la historia de los inicios de Vakeró y Santiago Matías “Alofoke” sabrá que entre ellos hubo una química especial que tuvo muy buenos resultados en el trabajo. En la lucha por posicionarse en el mercado ambos logrando una bonita amistad, la que lleva años rota y echada en el saco del olvido.
Sobre un posible reencuentro con Matías, Vakeró confesó estar dispuesto a dar el primer paso, si así lo desea Santiago. De hecho, reveló que ya lo hizo en una oportunidad cuando coincidieron en aeropuerto y se le acercó para mostrarle que le acaba de nacer su hija Isabella y que iba verla por primera vez, ya que se encontraba de viaje al momento de su nacimiento.
“Le dije sácame el guante, yo solo estoy en trabajo y lo hago por ellos al mostrarle una foto de mi hija”, narró.
Sobre la causa del distanciamiento Vakeró también sostuvo que fruto de su inmadurez y la de una tercera persona que se interpuso entre ellos fue el resultado del rompimiento de su amistad. “También esa persona, al igual que yo, actuamos con poca madurez. Hoy sé que si tuviéramos el chance de devolver el tiempo no permitiríamos eso”, expuso.
Vakeró no calificó a Matías como una persona malagradecida. Relató que siempre lo vio como una persona con mucha visión. “Foke proyectó cosas para mí, siempre estuvo conmigo en la tarima, apoyando las canciones. Pasó un ciclo que teníamos que cumplir y tenía que terminar de esa manera”.
Su música
“El cantante de los raperos”, como se le llama, desde sus inicios abrazó la bandera de producir música consumible en todos los mercados. Aderezado por el reggae irrumpió con su estilo rastafari, logrando un producto musical con la que se impuso en un público diverso.
Hoy, a más de diez años de carrera, sigue apostando a lo mejor, no así a las tendencias de sonidos de moda (como prefiere denominar a la llamada música urbana), que permanece por rato en el gusto popular y con cuestionable calidad.